Dubái

En la década de 1800, la ciudad vivió sus peores calamidades. Se trata de una epidemia de viruela y un enorme incendio que estuvo a punto de destruirla. La ubicación geográfica ventajosa de Dubái le ayudó a recuperarse. En los años 60 se produjo un auténtico auge económico de nivel vertiginoso. Fue en esta época cuando se descubrieron depósitos de "oro negro", el petróleo, que transformaron la vida de la población local. Las reservas eran pequeñas, pero el gobierno supo gestionarlas tan bien que una pequeña ciudad comercial de 10.000 habitantes se transformó en uno de los lugares más fascinantes y atrayentes del planeta, como por la magia de un genio de los cuentos. En Dubái suelen decir: "Tenemos buena intención y lo hemos conseguido mejor que el resto del mundo". Venga a Dubái y compruébelo usted mismo. Los ávidos viajeros afirman que, si se vuelve a venir aquí dentro de tres o cuatro años, será difícil reconocer la ciudad que una vez fue familiar, ya que Dubái está cambiando y mejorando de forma tan dinámica y rápida. Pero lo que no cambia es el centro histórico, la belleza de la bahía y el compromiso de crear lo mejor y más sorprendente del planeta.

• Subir al Burj Khalifa, el símbolo de Dubái y el edificio más alto del mundo (828 metros, 163 plantas). Desde las plataformas de observación del rascacielos se tiene una magnífica vista de la ciudad. El mejor momento para visitarlo es por la mañana temprano o después de la puesta de sol. Al descender de las impresionantes alturas, se encontrará inmediatamente con otra maravilla de Dubái. Se trata de la mayor fuente musical y "danzante" del mundo. Alcanza una altura de 150 metros.
• Visitr el bazar a orillas del Dubai Creek. Aquí puede comprar desde especias de primera calidad hasta joyas de oro únicas. Pero lo más importante es que este es el lugar para experimentar Oriente en toda su belleza, vitalidad y carácter. No olvide regatear a la hora de ir de compras, ya que e una tradición antigua.
• Tomarse una foto delante de uno de los hoteles más lujosos del mundo, el famoso Burj al Arab (traducido como "Torre árabe"). Este símbolo blanco como la nieve de la moderna ciudad de Dubái, construido en el mar en forma de vela de barco árabe, es uno de los hoteles más altos y más caros del mundo. Aquí se han rodado muchas escenas de famosas películas de Hollywood.
• Pasear tranquilamente por el casco antiguo, o mejor dicho, por la parte que data de finales del siglo XIX y principios del XX y que es uno de los principales hitos históricos de Dubái. Esto es Al Bastakiya. La característica principal de las casas árabes tradicionales locales son las "torres de viento". Se utilizan para mantener las casas frescas en los días calurosos. Son la contrapartida natural del aire acondicionado. Puede visitar el antiguo y restaurado Fuerte Al Fahidi y aprender todo sobre la ciudad en el Museo Nacional de Dubái. También hay muchas galerías, cafés y tiendas de regalos.
• Admirar el rico mundo submarino de uno de los mayores museos de la fauna en el centro comercial Dubai Malli. Se exponen más de 30.000 especímenes diferentes de los mares y océanos. Pasar por el túnel transparente de un acuario con tiburones rapaces y peces exóticos nadando alrededor es una experiencia muy colorida e inolvidable.
• Explorar el metro de Dubái con sus recorridos por la superficie. Será una gran visita turística a la ciudad.
• Pasar una noche en el bar de la azotea de uno de los muchos hoteles de la ciudad y disfrutar de un cóctel admirando el esplendor del atardecer de Dubái.
• Divertirse en el parque temático cubierto más grande del mundo. Se trata del E IMG Worlds of Adventure. Allí hay 4 zonas con más de 20 toboganes y atracciones diferentes para todos los gustos y edades.
• Dar un paseo en la noria The Dubai Eye, que ofrece unas vistas impresionantes del Golfo Arábigo.
• Intentar acceder a Madinat Jumeirah. Es conocida como la Venecia de Dubái. No es fácil de hacer. Al fin y al cabo, el complejo de lujo más bonito y caro de Dubái está fuertemente vigilado y sólo se permite el acceso a los huéspedes del hotel. Pero todavía hay dos maneras. La primera consiste en reservar una mesa en uno de los 44 restaurantes del complejo, o elegir la segunda, más barata. Ésta consiste en comprar un billete para una excursión en un barco Abra. Se tarda 20 minutos en navegar por los principales canales de Madinat y es el tiempo justo para adentrarse en un auténtico cuento de hadas árabe.
• Visitar obligatoriamente el Jardín de los Milagros (Miracle Garden), en las afueras de la ciudad. Es sin duda una visita obligada. Es el jardín más singular del mundo, donde muchas de las flores están plantadas en forma de figuras y en su conjunto conforman una gran ciudad de flores con olores únicos y un derroche de color. Pero existe un inconveniente: no está abierto en verano por el calor.
• Comprar dátiles como regalo para sus seres queridos. Aquí son increíbles. Carnosos y jugosos, frescos, rellenos de frutos secos o preparados de alguna otra manera. Sería el mejor recuerdo del país del lujo y los sueños.